La Rica Historia de Una Institución de Historia
Los 78 Años de Vida de la
JUNTA de ESTUDIOS HISTÓRICOS CATAMARCA
3° Aporte
A no
dudarlo, los Boletines de la Institución,
desde aquel lejano 15 de mayo de 1935, fueron cimentando y dejando constancia del fructífero trabajo de
investigación científica,
del movimiento bibliográfico de los
intelectuales del
medio
y de las tareas de proyección cultural que encaró la Junta de Estudios
Históricos de Catamarca.
En esta
tercera aproximación al accionar de la organización, entidad que siempre
procuró mantenerse alejada de los movimientos e influjos del poder político del
medio,
quiero, tomando los apuntes del libro en preparación “Catamarca en
Letras de Imprenta - Desde los Orígenes al 2013”, destacar algunas de la ricas
producciones impresas a lo largo de los 78 años.
El Boletín del Año IX, con los trabajos realizados entre 1960 y 1968, fue
publicado en 1971 bajo la dirección de Gerardo Pérez Fuentes y Gaspar Horacio
Guzmán.
Incluye “Pictografías de Catamarca”, uno de los
varios artículos que Ángel Baltazar
Segura produjo sobre las manifestaciones culturales de los habitantes
originarios que poblaron el este de mi provincia.
Recordemos
la importancia del accionar de Segura, como docente e inspector de
establecimiento educacionales, en los departamento de Ancasti, Capayán, El Alto
y La Paz, que le permitieron conocer los innumerables aleros y cuevas con
registros pictográficos.
Esas
exploraciones de Ángel Baltazar en terrenos de difícil y dificultoso acceso,
tuvieron en los datos y orientación de Amalio
Correa Soria una orientación fundamental.
El maestro Amalio, nacido en la villa de Ancasti,
al desarrollar docencia en las jurisdicciones de Capayán, El Alto, La Paz y
Santa Rosa, tuvo la oportunidad de revelar entre 1905 y 1945, acompañado por
los lugareños, los sitios arqueológicos de “Ampollas”, “Campo de las Piedras”,
“La Candelaria”,
“El Vallecito”, (ahora La Toma)
“La Resbalosa”,
“La
Tunita”
y “La Quebrada del Tipán”
El
ancasteño, egresado en 1904 de la Escuela Normal de Maestros de Catamarca, proporcionó
datos certeros sobre la riqueza de los sitios indígenas entre otros, a su
colega Segura y a mi abuelo paterno Basilio Avellaneda.
Ángel Baltazar Segura, curioso, tenaz e incansable, fue siguiendo los datos
del maestro Amalio, dejando registro de los sitios arqueológicos de “Ampollas”, “Campo de las Piedras” y de “La
Candelaria”, en sus escritos y documentos para el Boletín de la Junta de
Estudios Históricos.
Otros
Miembros de Número, con posterioridad, entregaran investigaciones sobre los
sitios referenciados por Amalio Correa
Soria.
A partir de
1967 el arqueólogo Nicolás de la Fuente produjo artículos sobre “La Tunita”,
en Ancasti;
y “El Vallecito” (ahora
denominado La Toma), en Icaño.
El
odontólogo y arqueólogo aficionado Omar
Augusto Barrionuevo
estudió los sitios de "La Quebrada del Tipán” y “Nana Huasi”,
en el cordón de las Sierras de Ancasti;
que también
serían dados a conocer en sus Cuadernos
de Antropología Catamarqueña.
El
arqueólogo Néstor Kriscautzky tiene
investigaciones en marcha en sitios del departamento Capayán y en Babiano,
departamento La Paz.
Cabe
destacar que Kriscautzky, actual
docente de la Escuela de Arqueología,
realizó en colaboración con el también arqueólogo José Togo, el mapeo de los sitios con reservorios de los pueblos
originarios en el Valle Central de Catamarca.
Fruto de esa
investigación fue el descubrimiento del doctor Alberto Rex González de la Pirámide
de Choya, segunda estructura en su tipo de la Cultura Aguada, ubicada en
las cercanías de Huillapima, departamento Capayán.
La primera,
también revelada por Rex González y considerada como manifestación única en su
tipo en el país, se encontraba en el departamento Ambato en La Rinconada, lamentablemente arrasada
por orden de un directivo responsable de un diferimiento agrícola para efectuar
una plantación de coníferas.
A continuación del artículo de Segura, la realización
editorial del Boletín del Año IX acerca el
trabajo “Pobladores, Poblaciones y
Poblamiento del Valle de Catamarca”, de Gaspar H. Guzmán; una nueva
investigación sobre notables del
clero religioso catamarqueño de Ramón Rosa Olmos al escribir sobre “Monseñor Luís José Gabriel Segura y Cubas”; y una aproximación a “La Conquista Espiritual del Tucumán”, de
Gabriel Oggierde.
El desaparecido Juan B. Alanís Ocampo es el responsable de
entregar información sobre las “Nomenclaturas
de las Calles de Catamarca”; Pedro
Ignacio Galarza abre opinión acerca de “Catamarca
y el Pronunciamiento de Urquiza”; el investigador cordobés Efraín U.
Bischoff hace su semblanza de “Don Ramón
Gil Navarro, un Hombre del Interior”; y Rafael Eusebio González escribe
acerca de “El Dr. Pablo G. Lorentz en
Laguna Blanca, Catamarca, en 1872”.
Un sector destacado del Boletín, y fiel reflejo de la
importancia asignada a la tarea editorial, lo constituye la presencia del
capítulo de Notas Bibliográficas.
Salen las referencias del Tomo I del “Primer Congreso de Historia de Catamarca”, con sus secciones de
Historia Política e Institucional, Crónicas, Ponencias y Trabajos; del Tomo II,
incluyendo los capítulos referidos a la Historia Cultural, Eclesiástica, Social
y Económica, libros realizados en 1960 y 1965, respectivamente.
Rafael
Eusebio González es el autor de “La Fausta Coronación de una
Empresa Cultural. Con motivo de la aparición del Tomo III del Primer
Congreso de Historia de Catamarca”, editado en 1967.
Gaspar H.
Guzmán titula “Una ponderable obra
histórica: Historia de La Rioja y Pueblos (1862-1930)”, al analizar el
libro de Armando Raúl Bazán.
Federico
Emiliano Pais es el responsable de destacar la trascendencia de la aparición de
la “Historia Contemporánea de Catamarca”,
del presbítero Ramón Rosa Olmos; y Pedro
Ignacio Galarza comenta el aporte de Rafael Eusebio González sobre el empresario y emprendedor “Don Adolfo Esteban Carranza, el
Wheelwright de Catamarca”.
El capítulo de las Crónicas del Boletín incluyen los artículos de Juan B. Alanís
Ocampo y su “Adhesión de la Junta al
256° aniversario de Santa María”; Pedro Ignacio Galarza comenta el “Primer Congreso de Historia del Tucumán”;
Gaspar H. Guzmán destaca la “Presencia
de la Junta en el 332° Aniversario de la fundación de Pomán”, y “La Junta de Estudios Históricos de
Catamarca festejó las Bodas de Plata de su presidente, presbítero Ramón Rosa Olmos”.
En la misma sección Armando Raúl Bazán tiene tres
ponencias:
“Veinticinco años al servicio de Nuestra cultura”; “La
Junta de Estudios Históricos de Catamarca en el treinta aniversario de su
fundación. Valoración de su trayectoria cultural”; y “Excepcional relieve tuvo el IV Congreso Internacional de Historia de
América”. Finalmente Ángel B. Segura enfatiza la trascendencia del “XXXVII Congreso Internacional de
Americanistas”.
Las Notas Necrológicas están a cargo de Ramón Rosa Olmos sobre el “Dr. Alfredo Gárgaro”; Gerardo Pérez
Fuentes destacando a “Don José Torre Revello,
Ejemplo de Autodidacta”; Armando Raúl Bazán a “Manuel Lizondo Borda”; y Ramón Rosa Olmos al “R. P. Fray Luís Córdoba”.
Cierro estas breves consideraciones consignado la composición de la
Mesa Directiva de la Junta de
Estudios Históricos de Catamarca en el año 2009:
Presidente, Armando Raúl
Bazán; Vicepresidente Federico Raúl Argerich; Secretaria,
Gabriela
de la Orden de Peracca; Tesorera, Nilda Correa de Garriga; y Secretaria Mirta
Azurmendi de Blanco.
R. Alberto Avellaneda
“Enciclopedia
Periodística Quien es Quien en Catamarca”
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