viernes, 11 de julio de 2014

4ta, Nota La Danza de los Felinos y los Shamanes - Nuevas Pictografías de la Cultura Aguada en Catamarca

La Danza de los Felinos y los Shamanes
Nuevas Pictografías de la Cultura Aguada
en los Aleros de San Francisco
4ta.  Nota

El cuarto de los Aleros de San Francisco, ubicados en el departamento de Ancasti, ocupa el extremo norte de una línea con orientación sudoeste noreste que arranca al sur con el Alero del Sapo


continúa con el Alero del Palo Borracho 


y sigue con el Alero de los Morteros.



El Alero de los Cuevas 


tiene conformación ligeramente ovoide,  de 10 por 15 metros. 
Está asentado  sobre una placa rocosa que lo eleva del suelo, 


surcado por cauces de arroyos secos que corren siguiendo la pendiente oeste a este de los sierras de Ancasti.


Inmerso en el bosque de cebil que caracteriza a la zona, presenta una  cubierta en forma de  pátina de líquenes y musgos, 


con numerosos claveles del aire en el extremo que mira al norte.
Es interesante destacar la proximidad, hacia el norte y en dirección a la localidad de Icaño, en el departamento La Paz, 

   

del yacimiento de pictografías de la Resfalosa
                        

en las inmediaciones en donde los guías turísticos Fernando Cisternas Avellaneda y Diego Acevedo 


levantaron un interesante observatorio de avistaje de aves.


A diferencia de los Aleros del Sapo, del Palo Borracho y de los Morteros, con los accesos mirando al sur y al este, el Alero de las Cuevas tiene su entrada por el extremo norte.


Tras subir con algún esfuerzo la placa rocosa sobre la que se asienta, 


se accede a tres pequeñas cuevas perfectamente conformadas por la erosión en la roca.


En la oquedad a la derecha de la entrada  es observable una manifestación pictórica única en su tipo, 


con una representación en conjunto que no habíamos detectado con anterioridad en los Yacimientos de La Tunita, de La Toma y de La Resfalosa.

Sobre la profusión de representaciones de las imágenes de los personajes del “Sacrificador” 


y de los “Shamanes” del Alero del Sapo


típicas de la Cultura Aguada;  de las iconografías impactantes del “Sacrificador” en el Alero del Palo Borracho 

                      
y de las expresiones en oquedades de morteros creadas para la molienda y preparación de semillas del cebil con fines alucinógenos y religiosos del Alero de los Morteros

llama de atención la existencia en el Alero de las Cuevas de una pictografía de conjunto dedicada específicamente al Culto de los Muertos.


El conjunto incluye tres figuras, 


realizadas con trazos gruesos empleando una pintura blanca lechosa; con un importante panel de nidos de avispas a su izquierda.


Las pictografías de los extremos representan dos cabezas humanas y la del centro el cuerpo completo de un niño.


La cabeza de la izquierda tiene un parietal ancho que se va estrechando hacia la mandíbula, con una nariz gruesa con una ligera desviación en la parte central, sin indicación de boca pero si de finalización marcada de mandíbula. Los ojos están indicados con círculos pequeños, sin detalles de cabellos ni adornos cefálicos.


La estructura de la figura de la derecha presenta una forma ligeramente triangular, con mandíbula bien marcada. La representación de la nariz tiene una marcación más fina, con indicación bucal consistente en un pequeño punto. Los ojos son más destacados que en la pintura de la izquierda y el trazo grueso sobre la frente estaría indicando un esbozo de peinado.

 En las dos pictografías no hay señalamiento de cuello.


La figura central de cuerpo completo tiene la apariencia de un niño con torso y extremidades inferiores envuelto en una cobertura, con señalamiento de pequeños brazos. 


El rasgo distintivo lo da el trazo lleno de toda la representación, en donde las indicaciones de ojos y boca están dadas por la ausencia de pintura. 


Esta pequeña figura lleva un adorno cefálico consistente en dos cuernos.


Aparentemente el panel del conjunto


con la cabeza del hombre a la izquierda, la cabeza de la mujer a la derecha y el cuerpo entero del infante en el medio, estaba acompañado en la parte inferior de otras pinturas que los elementos corrosivos hacen imposible identificar.


De las dos cuevas restantes, muy atacadas por elementos deteriorantes, 

                       

en solo una es perceptible una pictografía incompleta de una llama.



R. Alberto Avellaneda

Enero de 2013, San Francisco, departamento Ancasti, provincia de Catamarca.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario