La Danza de los Felinos y los
Shamanes
Nuevas Pictografías de la
Cultura Aguada en los Aleros de San Francisco II
2° Nota publicada en el Suplemento
Cultural del diario El Ancasti el domingo 30 de diciembre de 2012
Para dar un marco referencial a la importancia de las
nuevas pictografías de la Cultura Aguada, en los Aleros de la ancasteña
localidad de San Francisco, vuelvo a mencionar al doctor Alberto Rex González.
El científico investigador del CONICET, autor de más
de un centenar de publicaciones sobre la arqueología argentina, realizó en 1997
el 2do. trascendente descubrimiento de una pirámide
en Choya, departamento Capayán.
La estructura arquitectónica perteneciente a la
Cultura Aguada, se corresponde con el hallazgo del doctor en antropología de la
pirámide de La Rinconada, ubicada en el departamento Ambato, primera noticia de
la existencia en el noroeste argentino de un centro ceremonial de real
envergadura.
El sitio Choya
68, montículo prospectado dentro de
un estudio mayor por el licenciado José
Togo y posteriormente publicado en colaboración con el doctor Néstor Kiscautzky en los años
1994/1995, vino a colocar en el centro de la escena el trabajo de actualización
sobre La Cultura Aguada que
realizaba Rex González, partiendo de
la revisión de sus estudios sobre los
yacimientos de la localidad homónima en el departamento Belén, concretados a
partir de la década del 50 del siglo pasado en Catamarca.
En las conversaciones que mantuve con el director del
proyecto de investigación de la pirámide
Choya, en las largas sobremesas tras las cenas en la Hostería de Concepción,
en donde se alojaba el grupo que integraba el licenciado José Togo, la licenciada Marta
Baldini y las estudiantes de arqueología Florencia del Castillo, Gervasio
Cieza, Gustavo Ferreyra y Eugenia De Feo, volvía recurrentemente
la necesidad de dar una nueva mirada global sobre La Cultura Aguada.
Entre los elementos que ameritaban las reflexiones de Rex González, figuraban el
descubrimiento de las pirámides de La Rinconada y de Choya; el trabajo “Hacia un
Replanteo de la Cultura de La Aguada”, de José Antonio Pérez Gollán y Osvaldo
R. Heredia; las investigaciones de Omar
Augusto Barrionuevo en el panel de petroglifos de la Quebrada del Tipán y los yacimientos de Nana Huasi en el cerro Ancasti.
También el autor de la clasificación de los períodos
culturales de los pueblos originarios de nuestra tierra le asignaba relevancia
a los trabajos de prospección arqueológica en el Valle de Catamarca de José Togo, Néstor Kriscautzky (arriba mencionado) y de Alejandro Haber; las noticias científicas aportadas desde 1969 por
el licenciado Nicolás de la Fuente sobre
los sorprendentes yacimientos de La
Tunita y La Toma, ya ubicados en
las décadas de 1910, 1920 y 1930 por el ancasteño maestro Amalio Correa Soria, del icañense (y abuelo del autor de la
nota) Basilio Avellaneda en la década de 1940, y de los aportes del maestro
Nicolás Pablo Tejada y su señora Charito en la década del 60 de la
pasada centuria.
De las conversaciones con Rex González, José Togo
y Marta Baldini destaco:
1) “Hacia 1961 se define los límites cronológicos, espaciales y el patrimonio
de La Aguada. El nombre le fue dado
por las investigaciones en un vallecito aledaño al valle del río Hualfín, en el
departamento de Belén”.
2) “La Aguada ocupó gran
parte de la provincia de Catamarca, la región norteña de La Rioja y San Juan,
con vestigios en el Valle Calchaquí, en el oasis de San Pedro de Atacama y en
Cochabamba, en Bolivia”.
3) “Hacia el año 500 d. C. La Aguada
estaba plenamente formada en el Valle de
Ambato. El apogeo de su proceso de desarrollo debió estar entre los años
600 al 800 de la era cristiana. Un siglo después, debió comenzar su declinación
y desaparición total. Esto pudo deberse a causas diversas, entre las cuales
parecen encontrarse el deterioro climático, con menor precipitación pluvial y
aumento de la temperatura”.
4) “Un rango fundamental de La Aguada
es su compleja religión, con su rica iconografía desplegada en su alfarería, en
los metales y en su arte rupestre. Todo parece indicar que se trata de un
panteón centrado en la deidad solar y vinculada con otros pueblos de los Andes.
La religión sirvió como vínculo esencial y contribuyó en su origen,
desarrollando la base de los cambios sociopolíticos que se operaron con su
aparición”.
5) “La Aguada poseyó un
desarrollo tecnológico de gran complejidad, que se evidencia en la rica alfarería
decorada con complejos motivos entre los que predomina la figura felínica y
felínico-humana, poseyendo un ceremonialismo y un ritual de similares características”.
Estas características las encontramos presentes en las
Pirámides Ceremoniales de La Rinconada y Choya, los Centros con motivos pictográficos en estudio de La Tunita, La Candelaria, La Toma, La Resbalosa, la Quebrada del Tipán y los Aleros
de San Francisco.
El Alero del Palo Borracho
Recordemos que los Aleros de San Francisco se encuentran en el departamento de
Ancasti, con los yacimientos de pinturas rupestres de La Tunita
y La Candelaria
hacia el oeste,
el yacimiento del Vallecito,
ahora La Toma de Icaño, al norte;
el yacimiento de La
Resbalosa al este
y las pinturas de Motegasta
al sur.
Con el árbol que le da el nombre, ubicado en su
extremo oeste,
el Alero del Palo Borracho ofrece acceso al panel de pinturas
por la oquedad que mira el nacimiento del sol, inmerso en una ríspida
vegetación que rinde su pleitesía al bosque de cebil asentado en lomadas transitadas
por secos arroyos que marcan el natural declive oeste-este de las sierras de
Ancasti.
Llama la atención la presencia de un pircado colocado
al pie del alero, sobre el sector sur, aparentemente construido para dar mayor
resguardo al hueco en donde están las pictografías.
El Panel con las imágenes
típicas de La Cultura Aguada
tiene dos figuras centrales,
con una particularidad llamativa: para realizar la pintura, en la
figura ubicada a la izquierda, se procedió a quitar la costra superficial asentándola
en la dura roca.
Este Primer
Personaje tiene todas las características del “Sacrificador” descritas por Rex
González: realizado con pintura blanca de trazo grueso, el cuerpo de forma
humana lleva las típicas manchas del jaguar, con piernas flexionadas en
posición de sentado;
cabeza felínica provista de notorias fauces, con un
gran tocado ornamental;
su brazo izquierdo sin detalles de la mano por
deterioro y en su brazo derecho la mano porta lo que parece ser un conjunto de
escudo estandarte y armas.
Al decir de Rex González, “La frecuencia con que se representa el Sacrificador en la iconografía
cerámica y rupestre de La Aguada,
nos indica su importancia religiosa y, seguramente, social.
Ellos fueron los principales oficiantes del rito religioso. De acuerdo
con éstos representarían a un incipiente grupo sacerdotal. Pero al lado de
estos personajes debieron existir otros, con categorías de Shamanes
de menor nivel jerárquico, como curanderos o conjuradores del mal”.
El Segundo Personaje, colocado a la derecha del primero, también esta
realizado con trazos gruesos con pintura de color blanco-cremoso.
La diferencia postural cambia a la de flexión en
sus piernas para imprimir sensación de movimiento,
la gran cabeza felínica con sus enormes fauces y el detalle de ojo
circular, un espectacular tocado ceremonial;
una destacada lanzadera en su mano izquierda, arma típica de la Cultura
Aguada; con un objeto sin definición clara por erosión en su mano izquierda.
El elemento distintivo de este Sacrificador lo constituye la presencia hacia la derecha de una
cabeza trofeo,
con forma curiosamente cuadrada,
en donde se destacan los trazos alargados de los ojos,
una boca prominente, con un trazo fino para marcar el cuello y otro trazo
grueso para destacar el extremo superior del pecho.
Una Curiosidad? Un Misterio a
Develar?
Llegué a los Aleros
de San Francisco el 29 de septiembre de 2012 por datos proporcionados por
el geólogo Atilio del Carmen Fabián y el estudiante de geología Alan Atilio
Fabián. El profesional y su hijo realizan tareas de cateo y exploración de
rocas con sedimentos minerales, y gustosamente me sirvieron de guías para hacer
el recorrido. Pero, siempre un pero, también aportaron su asesoramiento para
tratar de interpretar la siguiente imagen:
Hacia el este del Alero del Palo Borracho, a unos 80 metros,
se encuentra una lomada que tiene en la cara oeste, es decir la que
mira al alero, una piedra de gran tamaño apoyada en la base de la formación
rocosa.
En un primer momento pensé que
se trataba de un deslizamiento, pero Fabián
efectuó una serie de observaciones que dispararon los interrogantes del
subtitulo.
El docente de la cátedra de Mecánicas de Roca de
la Facultad de Tecnología de la UNCa. señaló en un primer estudio que la
posición y ubicación de la roca en cuestión no obedece a un deslizamiento y si
aparentemente a la colocación ex profeso de la piedra en ese lugar.
Queda abierto el
interrogante acerca de los motivos de la colocación de la piedra en esa ubicación,
y si estará señalando o impidiendo al acceso a una entrada en la loma.
Material de Consulta y
Bibliografía Especializada
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R.
Alberto Avellaneda
Diciembre de 2012, San Francisco, departamento
Ancasti, provincia de Catamarca.
Interesante trabajo...exitos.
ResponderBorrar¡Que trabajo querido Alberto! (Joaquin)
ResponderBorrar¡Que expléndido trabajo querido Alberto!
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